Dormir menos y mejor
Lo que sigue es una estrategia que puedes emplear para prolongar el tiempo que tienes disponible para dormir. Está basada en la distorsión del tiempo, es decir, en la forma como el tiempo es codificado por nuestro cerebro.
1. Regulariza la respiración, acostado boca arriba.
2. Recuerda tres situaciones, una a una, donde hayas experimentado una prolongación del tiempo real. Elige situaciones en las que el tiempo se te haya hecho muy largo, comparado con el tiempo real transcurrido: esperar a una persona que no llega a una cita, esperar la luz verde en un semáforo cuando tienes mucha prisa, esperar en una larga fila en un banco, etc.
3. Revive en tu mente cada una de esas situaciones, una a una y en forma asociada; tomate el tiempo necesario.
4. Cuando estés listo, solicita a tu mente inconsciente que lleve a cabo un análisis de cada una de esas situaciones y que extraiga los elementos comunes en cada una de dichas experiencias. Confía en que esta tarea será llevada a cabo a la perfección por tu mente inconsciente, ya que este análisis no lo vas a lograr de manera consciente. Si es preciso, haz “como si” tu mente inconsciente estuviera llevando a cabo ese análisis.
5. Después, formula en términos positivos cual va a ser tu estado al despertar por la mañana: repítete a ti mismo cosas como: “voy a amanecer lleno de energía y ganas de iniciar mi día”, “voy a amanecer descansado y relajado”, etc. Si así lo deseas, puedes fijar la hora a que te deseas levantar, en horas y minutos.
6. Una vez por la mañana, refuerza el estado positivo en que te quieres encontrar, diciendo cosas como: amanecí lleno de energía y con ganas de iniciar mi día”, “amanecí descansado y relajado”, y frases por el estilo.